Cómo te puede ayudar la aromaterapia
Si hay un campo de conocimiento y práctica dentro de las terapias naturales que haya experimentado una verdadera “explosión difusiva” y una tendencia al alza, esta es la aromaterapia. A estas alturas todos hemos oido “las maravillas de los aceites esenciales y cómo pueden transformar tu vida completa y mágicamente, eliminar tóxicos de tu hogar y ayudarte a cocinar platos especialmente sabrosos”, publicidad que sacada de contexto no es de gran ayuda para el desarrollo científico y profesional sin perder la riqueza y autenticidad de una tradición milenaria.
Empecemos por ver qué no hace la aromaterapia:
- En primer lugar, ésta no trata o previene enfermedades y no es medicina. No se centra en un sistema corporal aislado, como sería el sistema digestivo, sistema nervioso o circulatorio como lo hacen los medicamentos alopáticos.
- No se enfoca solo en el síntoma. Para explicar esto debemos remitirnos a la teoría que mantiene la medicina moderna con respecto a por qué aparecen las enfermedades, la Teoría de los Gérmenes. La teoría de los gérmenes de las enfermedades se basa en el concepto de que muchas enfermedades son causadas por infecciones con microorganismos , que normalmente solo se visualizan con microscopios de gran aumento. Dichos microorganismos pueden consistir en especies bacterianas, virales, fúngicas o protistas. Aunque el crecimiento y la replicación productiva de los microorganismos son la causa de la enfermedad, los factores ambientales y genéticos pueden predisponer a un huésped o influir en la gravedad de la infección. Esta teoría fue descrita por primera vez en el siglo XVI por Girolamo Fracastoro y en el S.XIX Agostino Bassi llevó a cabo una serie de experimentos que demostraron que una enfermedad que afectaba a los gusanos de seda en ese momento estaba causada por un parásito. Bassi teorizó que la enfermedad en humanos y animales también fue causada por microorganismos. El trabajo de Bassi sirvió para influir en Louis Pasteur, quien asentó la teoría de los gérmenes tras sus experimentos en los que demostró la relación entre microorganismos y enfermedad. La teoría de los gérmenes desplazó a la teoría del miasma estipulaba que las enfermedades se originaban por la descomposición de la materia orgánica, lo que provocaba un vapor nocivo que albergaba agentes patógenos. Además, las personas podrían contraer enfermedades al inhalar aire maloliente asociado con agua potable contaminada, condiciones insalubres y contaminación del aire. Con la teoría de los gérmenes la práctica médica consiste en identificar el germen que está infectando para eliminarlo. El enfoque es sólo en lo que está infectando y no en el ser humano que tiene la infección. Por eso se usa el mismo fármaco para cada paciente con una determinada enfermedad y se trata, por ejemplo, la migraña con un medicamento y no averiguando qué causa la migraña en esa persona en concreto.
- La aromaterapia no es una solución rápida e instantánea a un síntoma o problema físico o mental. Estamos acostumbrados a tomar un analgésico para el dolor de cabeza, un hipnótico para el insomnio; buscamos gratificaciones inmediatas. Si tienes una enfermedad crónica o aguda busca ayuda médica, la aromaterapia no es la respuesta.
Continuemos ahora viendo lo que la aromaterapia puede hacer por ti.
- La aromaterapia puede ayudar a equilibrarte física-mental-emocional y espiritualmente como un ser humano en su totalidad a medio y largo plazo. Puede también actuar terapéuticamente en síntomas físicos y psíquicos a corto plazo, pero su verdadera potencia está en el efecto de fondo realizado en el tiempo. Por esto, la aromaterapia funciona mejor cuando forma parte de la vida cotidiana y su uso no se limita a eliminar síntomas no deseados sino como parte de una vida en evolución consciente. Muchas personas llegan a la aromaterapia buscando el alivio más natural de sus síntomas y empiezan a experimentar cambios profundos. Creo que los aceites esenciales y demás sustancias aromáticas son una potente terapia motivacional del cambio.
- Su papel es el de apoyar y mejorar tu bienestar y equilibrar en un nivel profundo, muchas veces en el inconsciente. Los aceites no tratan ni curan, aunque están demostradas muchas propiedades farmacológicas de las moléculas aromáticas. Sin embargo, la potencia real de los aceites esenciales es que te apoyan con las cosas malas cuando estás en desequilibrio y te ayudan a realinearte. Pero también
realzan tus potencialidades y fortalezas, pudiendo ayudarte a impulsar las cosas buenas, asegurándose de que tengas suficiente reserva energética para cuando más lo necesites.
En definitiva, aunque a día de hoy se distinga entre aromaterapia clínica y holística, según se ponga el acento en diagnósticos clínicos o en una visión más energética del ser humano, la una y la otra están intrincadamente unidas y ambas tratan a la persona en su totalidad reconociendo que hay una conexión entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Cuando estás usando los aceites esenciales, resinas, extractos CO2, estás tomando los tres en consideración. De hecho, tanto si los usas personalmente o con tus pacientes, tener una visión amplia multiplicará el resultado. Piensa, por ejemplo, qué es lo que te ha llevado a ti o al paciente al síntoma/síntomas que tienes delante. Por ejemplo, si es insomnio toma en consideración todos los aspectos de tu vida, adopta una visión holística y multidimensional. Así, es posible que te sientas desbordado por la cantidad de tareas pendientes en el trabajo o la ausencia de trabajo, esto provoca que estés en tensión desde la espalda a los hombros y ésta llega finalmente a los músculos del cuello y nervios de la cabeza, dejándote inapetente y no alimentándote bien.
Un enfoque holístico te lleva a contemplar la salud desde el espíritu, los pensamientos y emociones asociadas junto con la historia de aprendizaje y experiencias, el cuerpo físico y el entorno cultural, social, económico, etc.
Para muchas personas la aromaterapia trata sobre cómo los aceites esenciales pueden ayudarte centrándose en el objeto-producto del aceite esencial, relacionando los tipos de aceites a diferentes partes del cuerpo o emociones. Por ejemplo, hemos escuchado repetidamente que el romero te ayuda a concentrarte y la lavanda a relajarte y a dormir. Y es cierto, hacen esto, pero hacen mucho más. E incluso, puede ser que haya personas a las que la lavanda no les ayude a relajarse o a dormir y el romero les impida concentrarse, de hecho. Es decir, el enfoque único y exclusivo en el aceite esencial es una copia del enfoque en los fármacos de la teoría de gérmenes. Por esto, necesitamos muy posiblemente cambiar la lente y enfocarte en tí o en tu paciente: TU espíritu, TU mente, TUS emociones, TU cuerpo físico, y TUS influencias, TU historia personal, TU herencia, TU ambiente. En lugar de fijarte en “un aceite esencial de lavanda para ayudarte a dormir” o “un aceite esencial de romero para concentrarte y memorizar” reformula la frase y di “estoy desconcentrado, con niebla mental, ¿Qué podría ayudarme a concentrarme?, “yo no puedo dormir, ¿Qué podría ayudarme a conciliar el sueño? Usa tu conocimiento e intuición, busca la respuesta en ti, mira dentro. Pregúntate constantemente “¿qué necesito o qué necesita mi paciente? y no ¿Qué puede darme un aceite esencial? Una vez que sepas lo que necesitas, puedes decidir qué usar y en qué situación. Tú, o tu paciente, eres el foco que usas las herramientas, de las que los aceites esenciales forman parte.
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