Formulación en Aromaterapia: Los factores del gusto o disgusto

Las propiedades de los aceites esenciales son amplias y variadas, incluyen beneficios sobre los sistemas físicos, mental, emocional, espiritual y energético. Cuando hablamos de las propiedades de los aceites esenciales sobre el sistema nervioso, es decir, con un efecto mental y emocional se estudia como psicoaromaterapia.

“[…] en psicoaromaterapia, los recuerdos olfativos, accesibles u olvidados, y las emociones asociadas a ellos, participan en lo efectiva que la fórmula va a ser sobre los síntomas u objetivos terapéuticos buscados.”

Cuando estudiamos las diferentes indicaciones de los aceites esenciales, lo contemplamos desde una visión general y más o menos consistente en la mayoría de personas. Sin embargo, especialmente en psicoaromaterapia, los recuerdos olfativos, accesibles u olvidados, y las emociones asociadas a ellos, participan en lo efectiva que la fórmula va a ser sobre los síntomas u objetivos terapéuticos buscados. Aromas que en la mayoría de personas resultan encantadores, como el de la rosa o la naranja, pueden resultar detestables e incluso provocar reacciones adversas tanto físicas como emocionales, dependiendo del tipo de experiencia desagradable o directamente traumática que alguien haya podido tener con ese aroma. Y sobre todo, cuando la experiencia es traumática, el recuerdo tiende a encapsularse, que no olvidarse. 

A la hora de elaborar una mezcla aditiva o sinérgica, contemplamos los aceites esenciales que por nuestro conocimiento y formación en aromaterapia sabemos que están indicados para los síntomas o problemas objetivo, pero una buena fórmula debe contemplar la reacción que la persona tiene ante el aroma global, su reacción visceral e inconsciente, la emoción que le provoca, y sin ella, estaremos perdiendo información muy relevante e incluso dificultando la adherencia al tratamiento de nuestro paciente o cliente, pues posiblemente no seguirá nuestras indicaciones. 

También hay que distinguir entre una reacción de rechazo al olor y una simple ignorancia al mismo. Encontrar un aroma que a la mayoría agrada y a nuestro paciente no, es muchas veces muy productivo, pues nos permite explorar ese recuerdo, teniendo en cuenta la longevidad de las respuestas basadas en la memoria. Los recuerdos basados en olores tienen una larga vida y parecen resistentes tanto a la interferencia retroactiva, es decir, una intervención que busque sustituir un cambio en el significado del olor, como a los procedimientos de extinción, por ejemplo, el olvido. Sin embargo, se puede cambiar el significado, aunque se mantendrá el contexto original de la memoria del olor, la experiencia desagradable. 

Se cree que la memoria olfativa es un sistema diseñado para no olvidar. En psicoaromaterapia y en aromaterapia en general, se dice que debemos usar aceites esenciales que nos atraigan, sin embargo, los aceites esenciales que no nos gustan pueden revelar recuerdos olvidados unidos a un aroma en particular o incluso una debilidad en un sistema u órgano particular del cuerpo. 

Hay muchas razones por las que a alguien puede no gustarle el aroma de un aceite esencial en particular, desde un recuerdo negativo, la falta de familiaridad con ese aroma (es frecuente que las personas que no tienen relación con los aceites esenciales a menudo los encuentran desagradables), simplemente puede no gustarle, y puede haber una debilidad en un órgano o sistema corporal con el que el aceite tiene afinidad, por ejemplo, la rosa con el sistema reproductor, el eucalipto con el sistema respiratorio, etc.

Por todo lo anterior, la creación de una fórmula personal es un camino desde lo general a lo particular e individual, un proceso creativo de investigación y descubrimientos maravillosos en el proceso de sanación.

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Autor

María Ruiz

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